COOP

64 años de la FUCC: proyectando el futuro en clave de cooperación

08/10/2018

Pronto se cumplirán los 10 años de promulgación de la Ley 18.407, sobre el sistema cooperativo. Quienes vivimos la situación anterior y podemos comparar con el presente, no podemos menos que decir que valió la pena.
Esta ley no fue ninguna gratificación del sistema político al cooperativismo, fue un acto de justicia con un movimiento nacido a principios del siglo pasado en nuestro país. Y un reconocimiento a la magnitud que en lo económico, en lo social y en lo solidario representan las cooperativas de la región y en el mundo. La ley fue fruto de la lucha, de una postura integradora y de consensos largamente trabajados en el movimiento.
Lo decía Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, el 3 de julio de 2015: “Las cooperativas tienen un papel clave en la ruta para conseguir un futuro sostenible que beneficie a toda la población. El modelo cooperativo ayuda a hacer frente a este reto. Las cooperativas se esfuerzan por defender los principios de la igualdad y la participación democrática”.
Y años antes, la resolución 193 de la OIT, contundentemente decía: “Los gobiernos deberían facilitar el acceso de las cooperativas a servicios de apoyo con el fin de fortalecerlas y mejorar su viabilidad empresarial y su capacidad para crear empleo y generar ingresos”.
Sin embargo, las cosas no resultan siempre fáciles, las partituras están claras pero los intérpretes no siempre están inspirados. Es necesario, un día sí y otro también, reiterar hasta el cansancio quiénes somos, dónde estamos, a quiénes representamos y de qué manera colaboramos para mejorar a las comunidades a las que pertenecemos. La política pública sabe que puede contar desde siempre con las cooperativas para desarrollar sus programas.
El movimiento ha encontrado, con inclusión, solidaridad y democracia interna, la consolidación de maneras de hacer realidad entre las distintas modalidades el sexto principio de “cooperación entre cooperativas”. Es así que las cooperativas sirven a sus miembros más eficazmente y fortalecen el movimiento cooperativo. Trabajando de manera conjunta por medio de estructuras locales, nacionales, regionales e internacionales. Para ello es clave un verdadero desarrollo sostenible de nuestras cooperativas: tejer redes de cooperativas, trabajando juntas e intercooperando. Estas tareas tienen beneficios directos, como evitar el enriquecimiento que realiza desde siempre la intermediación. Es, también, un mandato histórico ser parte de una construcción colectiva y solidaria que tiene un desarrollo de más de 100 años.
Ahora, al movimiento y a nuestra Federación, le pasan cosas y le pasan en clave de cooperación. Celebramos estos 64 años de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Consumo confiados que alcanzaremos, con fuerte unidad y solidaridad en CUDECOOP, alternativas para la vivienda, el crédito, el trabajo agrario y urbano, el consumo y otras manifestaciones cooperativas de gestión democrática y comprometida, para dignificar la vida de los uruguayos.

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