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Investigadoras en cooperativismo de consumo de Argentina expusieron en Montevideo

01/07/2016

La economista Carolina Pereyra Huertas y la abogada Ana Karlen, ambas argentinas, junto a Gerardo Montes, gerente de la Cooperativa de Consumo de Salud Pública (Cosap), dieron un taller sobre cooperativas de consumo en la región. La visita de las expertas argentinas se dio en el marco del Programa Escala Docente, de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo (AUGM), y el taller que brindaron el miércoles 25 de mayo en el Instituto Nacional del Cooperativismo (Inacoop) contó con la coordinación de la Unidad de Estudios Cooperativos (UEC) de la Universidad de la República y la Federación Uruguaya de Cooperativas de Consumo (FUCC).
En el taller, al que concurrieron funcionarios y dirigentes de las cooperativas de consumo, así como integrantes del movimiento cooperativo y autoridades del Inacoop, Ana Karlen, abogada de la Universidad Nacional de La Plata, hizo una reseña sobre las leyes, decretos y resoluciones vigentes en Argentina sobre regulación cooperativa.
A diferencia de Uruguay, donde existen distintos organismos que cumplen las funciones de registro, fiscalización y promoción del cooperativismo (la Dirección General de Registros, la Auditoría general de la Nación y el Inacoop), en Argentina esas tres funciones están centralizadas en una sola institución: el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES). Otras particularidades del sistema argentino, explicó Karlen, son que para constituir una cooperativa de consumo se debe contar con un mínimo de diez miembros, y que los fundadores deben obligatoriamente realizar un curso de cooperativismo.
El sector en Argentina
En tanto, Carolina Pereyra Huertas, economista de la Universidad Nacional del Sur e integrante del Gabinete Cooperativo (www.gidecoop.coop) de esa institución, presentó los resultados de la investigación sobre Cooperativas de Consumo en Argentina que se realizó a lo largo de 2015.
De un universo de 101 cooperativas de consumo, 42 respondieron una encuesta –una de las técnicas utilizadas en el marco de la investigación-, que arrojó resultados para caracterizar al sector en el país vecino. Las cooperativas de consumo en Argentina reúnen a casi 1.500.000 de asociados, tienen 170 puntos de distribución en el país y una participación en el mercado de supermercados de 4%. 58% del total de las cooperativas se asoció alguna vez con otras para hacer compras conjuntas, con los objetivos de conseguir mejores precios, abaratar costos de logística o lograr un mejor surtido.
Una de las conclusiones de la investigación apunta a que el cooperativismo de consumo es exitoso al competir con grandes cadenas de supermercados, en particular en localidades de menos de 25.000 habitantes, pero también en las grandes ciudades. Pereyra presentó como caso de éxito la experiencia de la Cooperativa Obrera, con sede en Bahía Blanca pero sucursales en cuatro provincias, que mantuvo su operativa y rentabilidad a pesar del ingreso al mercado de cadenas como Carrefour y Walmart. En su estrategia combina los hipermercados con los pequeños supermercados de cercanía, y mantiene su identidad cooperativa.
Otras conclusiones del estudio fueron la necesidad de fortalecer las áreas de venta, publicidad, marketing y recursos humanos de las cooperativas, la necesidad de generar indicadores que permitan visibilizar al sector cooperativo, potenciar el respaldo entre cooperativas -particularmente en momentos críticos- y promover la cooperación con otras cooperativas, con la federación y las universidades. La economista también comentó que la mayoría de las cooperativas, 97%, realiza acciones en cumplimiento de los principios cooperativos, por lo que existe la oportunidad de generar el instrumento de Balance Social Cooperativo.
El contexto uruguayo
Finalmente, Gerardo Montes hizo un repaso de los últimos cambios que vivió el cooperativismo de consumo en Uruguay, comenzando en 2004 con la aprobación de la Ley de Retenciones a los salarios y jubilaciones, que siguió con la Ley que rige el Sistema Cooperativo y la Ley de Inclusión Financiera y, más recientemente, con la Ley de creación del Fondo de Desarrollo (Fondes).
Explicó que el Proyecto de Reconversión del Modelo, que viene impulsando hace dos años el Inacoop, la Confederación Uruguaya de Entidades Cooperativas (Cudecoop) y la FUCC, busca, sin intervenir en las estructuras de cada cooperativa, generar un apalancamiento financiero para mejorar la competitividad de las cooperativas de consumo en una primera fase. En una segunda etapa, se espera que se pueda incorporar al sistema a las cooperativas de ahorro y crédito, añadió.
Por otra parte, mencionó que la Cumbre de Cooperativas que se realizará en Montevideo en noviembre es una oportunidad para debatir la creación de centrales de compras, como forma de dar un mensaje fuerte a las cadenas de proveedores, y concluyó que las conductas oligopólicas en ese rubro se pueden combatir “si todo el sistema cooperativo, no sólo el de consumo, puede coordinar acciones”.
Recorrida previa y actividades posteriores
El miércoles en la mañana, las dos investigadoras argentinas, acompañadas por el responsable de la UEC, Diego Barrios, y el secretario ejecutivo de la FUCC, Jorge Cartagena, recorrieron algunas cooperativas de consumo de Montevideo para acercarse a la realidad uruguaya. Visitaron la Cooperativa de Consumo del Transporte (Cotrans) y luego la Cooperativa de la Previsión Social (CPS). En ambos casos fueron recibidas por las autoridades de las cooperativas, que compartieron información y contaron sobre la situación de los emprendimientos.
El viernes 27 también hubo una instancia de encuentro entre representantes de la FUCC, Cudecoop, la UEC y la economista Carolina Pereyra, donde se intercambió sobre la posibilidad de realizar intercambios académicos e institucionales en el marco de la AUGM y en fortalecer el vínculo entre las federaciones de cooperativas de consumo de Argentina y Uruguay.

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