COOP

Para Carlos Sánchez, el militante

12/11/2018

Un día de octubre de 2014, cuando lo conocí en la casa de Estero Bellaco, sede de FUCC, me “canchereo” desde el saludo, algo así como «yo sé algo de vos que vos ni te imaginas». Me provocó alguna incomodidad pasajera, no lo voy a negar.
El tiempo me hizo saber que detrás de aquella actitud había una saludable cuota de vieja y profunda sabiduría de años de militancias políticas, sindicales, sociales y donde fuere, que ese incómodo saludo de presentación – a mi criterio -lo había hecho para medir al recién llegado, casi como un “aquí tienes un lugar, pero tendrás que ganártelo”.
Carlos Sánchez, un hombre brillante intelectualmente, de los que hacía pensar. Un ser humano bueno y justo. Uno de los necesarios. Un hombre con coherencia, que causaba admiración por su pensamiento.
De las pocas cosas que pude hablar con él-fuera de los ámbitos de reuniones de trabajo-, me queda la impresión de que su camino estuvo sembrado de distintas sensaciones, no siempre gratas. Nos faltó tiempo para las confidencias, siempre nos prometimos un café que nunca tomamos.
Me quedo con los mejores recuerdos de su actuación dirigencial, era inigualable su capacidad de incidir, haciéndole sentir al circunstancial contrincante que los dos habían ganado. Usaba la dialéctica como una fenomenal herramienta de construcción de consensos.
Carlos Sánchez, te fuiste a tu modo, discreto y humilde, nos dejaste una tristeza y varias cosas sin compartir.
Deseo que fluyan, que se siembren tus maneras de hacer, tu vocabulario amplio y rico en metáforas, tu sonrisa amplia para distender los peores momentos y esa trascendente forma de abrir espacios para que tuviéramos lugar todos .La firmeza de tus conceptos, claros, diáfanos y demoledores.
Nos quedamos sin esa riqueza enorme de pensamiento y te vamos a extrañar. Nos harás falta entre los abrazos de tu Cooperativa + COOP, en la FUCC y en todos los lugares donde tu presencia llenó de mil ideas genuinas y de avanzada las reuniones, por vacuas y livianas que fueran.
Va en nombre de todos, el abrazo que a muchos nos fue privado por tu muerte, pronta, estúpida e injusta.
Te has quedado vivo y presente aquí en mi corazón, y con ello represento a tantos que por estas horas te extrañan en silencio y te recordarán cada vez que no encontremos las salidas.
Che, Don Carlos Sánchez, la seguimos en otra dimensión y me cuentas cuanto más sabes de mí, que yo no sé.
Jorge Cartagena

Flecha